no sé como será el momento, si estaré solo o con la familia alrededor.
Solo espero que en mi corazón tenga paz y en mi alma contentamiento de haber vivído amando a mi Señor.
El día que mi jornada concluya, espero que la brisa suave de Su presencia sostenga mi vida y me lleve hasta Él.
El día que mi vida concluya, ese momento en que dejaré de ser, espero haber dejado huellas de alguien que a Cristo le entregó su ser.
Ese día cuando termine, no sé si será temprano o más tarde pueda ser, espero ser recordado no como un héroe, ni como un perfecto ser, mas bien como alguien que apasionado le sirvió a Cristo y amó a su gente con alma y cuerpo, con todo su ser.
• Pastor Sergio Valentin Reyes
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